M. J. LUMBRERAS | LOGROÑO.
Se trata de una obra de sillería de arenisca en ambas caras, de 220 centímetros de anchura, y selladas las piezas con argamasa de cal
Encargado un estudio arqueológico de un muro hallado junto a San Bartolomé
Podría ser la muralla medieval, aunque aún sólo se menciona así, con el verbo en condicional. Para tener certeza, el Ayuntamiento de Logroño ha contratado un pequeño estudio arqueológico que sirva para dotar de más detalles al hallazgo que se produjo durante las obras de restauración de la torre de San Bartolomé.
Las actuaciones en el entorno de la iglesia contaban con supervisión arqueológica y estos profesionales fueron los que detectaron, en la fase final de la intervención, «una potente estructura muraria». Así es cómo es denominada de momento. El concejal de Desarrollo Urbano, Pedro Sáez Rojo, explicó ayer que «las dimensiones y la calidad de la fábrica del muro hallado son notables, lo cual puede inducir a pensar que se trata de la muralla medieval que protegía la ciudad».
Según las primeras apreciaciones, el muro tiene una orientación norte-sur, «imbricándose en ángulo de 90 grados con la cabecera de la iglesia por su capilla Sur».
El estudio contratado a través de una resolución de Alcaldía firmada ayer mismo tiene como objeto determinar el origen de los restos, su funcionalidad y dimensiones, por el interés histórico y urbanístico que pueden tener, dado que, de confirmarse que forman parte de la muralla medieval, otras actuaciones previstas para este entorno se verían afectadas.
3,5 metros de longitud
La intervención la realizarán los mismos arquitectos que llevaron a cabo la supervisión para la Diócesis, que son Sergio Larrauri y Silvia Losantos, y que describieron el hallazgo como «una obra de sillería de arenisca en ambas caras, selladas las piezas con argamasa de cal compacta, mientras que el alma se rellenaba con cantos de variado tamaño y sillarejos trabados con mortero bastardo. La anchura del muro era considerable, un máximo de 220 centímetros, mientras que la altura presentaba una notable diferencia entre sus caras: si la Este descendía hasta los 300 centímetros, la Oeste sólo 75 centímetros. En la pequeña área de trabajo supervisada se midieron 350 centímetros de longitud, recordó Sáez Rojo.
Las prospecciones se realizarán en una zona de unos 25 metros cuadrados para identificar las caras exteriores, conocer la longitud del muro y hacia dónde sigue, identificar las alineaciones de los inmuebles que miraban a la plaza de San Bartolomé y, por fin, cubrir la zona. Vendrán después unas tareas topográficas y de redacción de un informe con los datos recopilados, la valoración de los restos y la propuesta de medidas para su futura conservación. El presupuesto es de 5.980 euros más IVA y el plazo de ejecución, de dos meses, por lo que se esperan conclusiones para finales de marzo.
El concejal recordó que el Ayuntamiento tenía previsto acondicionar provisionalmente el entorno para poder disfrutarlo antes de que se lleven a cabo las medidas definitivas que se prevean en el Plan de la Villanueva, que podrían tardar más. Este hallazgo, sin embargo, ha parado este arreglo provisional a la espera de resultados y de, quizá, nuevos elementos que tener en cuenta en esa próxima actuación.
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