domingo, 1 de abril de 2012
¿Qué es una galería arqueológica? ¿Qué vende? ¿Quién compra?
Fragmento de un lateral de cuba de sarcófago. Reino Nuevo. Granito rosa de Asuán. (Foto: Juan Pablo Tejedor)
Coleccionar objetos arqueológicos no cuenta con los mismos adeptos que la pintura y la escultura. Prueba de ello es la reciente inauguración en Madrid de Ars Histórica, la única galería dedicada en exclusiva a la arqueología en la capital, a diferencia de Barcelona, donde hay dos, y de otras ciudades europeas como Londres o París, en las que es más habitual encontrar establecimientos de este tipo. Pero, ¿a qué se debe su aparente escasa aceptación?
Juan Pablo Tejedor
01-04-2012
A las numerosas galerías de arte ubicadas en Madrid se les ha sumado Ars Histórica, la primera dedicada en exclusiva a la arqueología. Para celebrar su inauguración, de la que ya han pasado nueve meses, acoge una exposición hasta el 28 de abril sobre Egipto titulada Realismo mágico, en la que han sido reunidas 200 piezas de pequeño y gran formato. Durante siete meses al año tiene previsto mostrar una selección de su colección, que incluye restos griegos, etruscos, egipcios o chinos, mientras que los cuatros meses restantes los dedicará a una muestra monotemática, como la que tiene previsto inaugurar en octubre sobre Roma.
Hermanada con la Galería Félix Cervera Arqueología de Barcelona, con 25 años de experiencia en esta área, se plantea como meta cosechar el mismo éxito en Madrid. Manuel Fuentenebro, uno de sus responsables, explica a este periódico cuál es el objetivo de Ars Histórica: “Lo que pretendemos es que el coleccionismo arqueológico se difunda porque la mayoría de la gente no lo conoce o cree que no se puede comerciar con este tipo de piezas. Queremos quitar esa imagen de extrañeza para evitar que, por ejemplo, haya quien se plantee si lo que exponemos y vendemos son reproducciones”.
Así, Fuentenebro deja claro que todo aquello que compran y vende vinculado con el patrimonio de un país ha sido excavado o hallado antes de que la legislación lo protegiera. En el caso de las piezas egipcias que ahora expone, afirma que salieron de Egipto "en unas fechas en las que la legislación no las contemplaba como patrimonio”, comenta. Para explicarlo pone como ejemplo España, “en donde puedes comerciar libremente con aquellas piezas halladas antes de 1987, año en el que entró en vigor la ley de protección”.
En la muestra que acoge su galería, y que sirve de plataforma para atraer la atención de curiosos o coleccionistas, pueden ser adquiridas todo lo expuesto: desde un pequeño amuleto valorado en 250 euros hasta una tapa de sarcófago de 150.000 euros. De lo reunido, considera dignos de destacar por su importancia un relieve datado en el 27 a.C y considerado como una de las pocas representaciones de Augusto como faraón, además de un Ushebits de granito del faraón Taharqa de la dinastía XXV. "Se trata de uno de los faraones negros cuyo nombre lo cita la Biblia”, apunta Fuentenebro, para quien también tiene especial interés por su tamaño, más grande respecto a otras figuras de este tipo, que eran incluidas en las tumbas como representantes de los servidores del faraón que iban a trabajar por el difunto en la otra vida. “Son de las más conocidas de la arqueología egipcia y también de las más asequibles”, dice este experto, quien detalla que cuestan entre 500 y 18.000 euros.
Nuestros precios no tienen nada que ver con los que se alcanzan en pintura”, dice Fuentenebro, quien detalla que lo que ofrece una galería arqueológica no debe estar catalogado como "arte" dado que, aunque tiene una indudable connotación artística, “lo importante es su trascendencia histórica”.
Es, precisamente, ese matiz lo que hace que el comportamiento de la arqueología en el mercado del arte difiera del de otras disciplinas. Fuentenebro explica por qué: “Es un mercado restringido, dado que el número de coleccionistas o instituciones que tratan la arqueología es reducido, si bien evoluciona al alza. Es decir, si una pieza es de buena calidad, su valor irá en aumento, ya que estas piezas históricas no dependen de modas como sí ocurre en la pintura o en la escultura”.
La mayor parte de las que acoge la muestra de Ars Histórica fueron adquiridas por esta galería en España, aunque también las hay procedentes del extranjero, compradas a coleccionistas privados o en subastas internacionales. El perfil del comprador puede ser tanto un particular como una institución. “Hay a quien le interesa comprar por una cuestión meramente estética y quien lo hace porque es un apasionado de la historia”, dice Fuentenebro, quien sostiene que “para el 90 por ciento de los coleccionistas de arqueología, reunir este tipo de piezas supone un sacrificio”. Así, pese a que hay "muchos interesados" en esta temática, aún representan un porcentaje reducido respecto a los que compran pinturas, grabados o estatuas.
Pero, ¿qué limitaciones tiene el comprador? “Si la pieza es sacada de España necesita un permiso de exportación que concede Cultura, pero si la vende aquí basta con emitir una factura o recibo y los datos de identificación”. Otro asunto lo representan los riesgos a los que se enfrentan este tipo de galerías: la procedencia ilegal y falsificaciones. Para evitar el comercio ilegal, Ars Histórica cuanta con un ’libro de policía’ en el que quedan registrados todos los movimientos que se llevan a cabo, ya sean de adquisición como de venta. En el caso de las piezas falsas, Fuentenebro ve “más complicado” que lleguen a admitirse como buenas, ya que especialistas como él son capaces de detectarlas a primera vista o mediante un estudio detallado.
http://www.elimparcial.es/cultura/ars-historica-coleccionismo-galeria-arqueologica-realismo-magico-exposicion-egipto-101889.html
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