La pequeña ciudad romana de la Campiña Sur, recientemente declarada Bien de Interés Cultural, sigue acogiendo excavaciones
MERCEDES BARRADO TIMÓN |
Agustín Castelló, alcalde de Casas de Reina, un municipio de la Campiña Sur de Badajoz, era solo un muchacho cuando en los años 70 del pasado siglo iba con los amigos a explorar en la zona de los Paredones. Allí, cerca de cuatro extrañas paredes de piedra que se mantenían en pie en medio de la llanura, los vecinos de su pueblo y de las localidades colindantes estaban acostumbrados a encontrar pequeños objetos artísticos o fragmentos de piedras con apariencia de ser muy antiguos. «Los que nacimos allí hemos crecido entre piedras» -dice Agustín Castelló que, ahora que va por su segunda legislatura al frente del Ayuntamiento de Casas de Reina sigue conservando la costumbre de acudir a las excavaciones que se realizan en el cercano yacimiento romano de Regina y ofrecerse para las tareas que los directores de las mismas quieran encomendarle.
Porque aquellos Paredones que rompían la llanura al pie de la Alcazaba de Reina, se transformaron, a partir de las excavaciones que se iniciaron en el año 1978, en un bello teatro romano con capacidad para unos 900 espectadores donde en la actualidad se llevan a cabo representaciones teatrales en tres festivales que se convocan a lo largo del año. Un bellísimo teatro que animó la vida cultural del municipio romano de Regina Turdolorum que se extendía en torno suyo y que debió tener un carácter fundamentalmente administrativo. Pertenecía a la Bética romana y fue una parada importante de la calzada que unía Emerita (Mérida) e Hispalis (Sevilla).
Hoy, Regina sigue siendo territorio arqueológico pero los especialistas han desvelado ya muchos de los secretos de esta ciudad cuya importancia vino determinada por su ubicación en la ruta que comunicaba los valles del Guadiana y del Guadalquivir. La importancia patrimonial de esta ciudad bien proporcionada, como todos los municipios romanos , fue reconocida el pasado viernes 27 de abril por el Consejo de Gobierno de Extremadura que la nombró Bien de Interés Cultural.
Las tareas administrativas de los funcionarios que trabajaron en Regina estuvieron relacionadas con la explotación de la riqueza de las minas cercanas y los expertos apuntan la posibilidad de que la ciudad contase con menos casas de familia que edificios públicos. Regina existía ya a mediados del siglo I a.de.C. y alcanzó el estatus de ciudad romana en la época de los Flavios. Tuvo un periodo de esplendor con el gobierno de Trajano y sigue siendo importante en época de Antonino, cuando se restaura una parte de su foro. El declive de las minas circundantes determinó su propia decadencia, aunque todavía en el siglo VII existía como ciudad, lo que se ha comprobado a través de las actas de un pleito que tuvo lugar en época de San Isidoro.
Un trío excepcional
La excavación del teatro fue la primera que se llevó a cabo y luego se ha venido trabajando en el foro, donde aparecieron inscripciones relacionadas con el culto imperial y un templo con tres espacios bien diferenciados e inscripciones de la época de Trajano. Estos hallazgos sólo parecen tener parangón con los restos encontrados en la playa de Bolonia (Cádiz) y en algunos lugares de Túnez. La restauración del teatro de Regina ha venido a completar un trío excepcional integrado junto con otros dos teatros, más ricos ornamentalmente y de mayor capacidad de espectadores, en Mérida y Medellín, todos en la provincia de Badajoz, que hacen de Extremadura la única autonomía española con tres teatros romanos en perfecto uso.
Tras 34 años de excavaciones, los expertos tienen ya muchas certezas en torno a esta Regina cuyo subsuelo no sólo ha hecho emerger su magnífico teatro sino que ha descubierto lápidas conmemorativas y aras, figuras marmóreas de buen tamaño, lucernas con formas de animales, pequeños bronces y tramos de cloacas en excelente estado de conservación. Hace sólo dos años, en el verano de 2010, se presentó ante los medios de comunicación un hallazgo importante: la escultura sedente de una mujer, de tamaño algo mayor que el natural, que ha sido identificada con la diosa Juno. Cada campaña arqueológica que se lleva a cabo arroja nuevos datos que aproximan más a los arqueólogos a la determinación de lo que fueron los límites urbanos de Regina y la vida de sus ciudadanos y de sus dioses.
«Se han hecho tres catas y las tres han resultado positivas», dice con entusiasmo Agustín Castelló que ha estado trabajando voluntariamente en la campaña de excavaciones, llevada a cabo en Regina en el corto espacio de tiempo de las últimas vacaciones de Semana Santa. El equipo de excavación ha contado con la presencia del profesor José Manuel Iglesias Gil, catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Cantabria.
El profesor Iglesias Gil, colabora en esta fase del proyecto de excavación en Regina que, en esta ocasión, estuvo bajo la dirección de los arqueólogos Jesús Ignacio Jiménez y Germán Rodríguez y tuvo la asistencia técnica de personal de las universidades alemanas de Frankfurt y Mainz. El estudio está coordinado por el arqueólogo José María Álvarez Martínez, profesor del Centro Asociado de la UNED de Mérida y director del Museo Nacional de Arte Romano (MNAR) de la capital extremeña.
José Manuel Iglesias Gil relata que en la campaña de Semana Santa se estaba trabajando en la determinación de los enlaces entre el teatro y el foro y del trazado de los contornos de Regina cuando unas prospecciones llevadas a cabo entre el Camino de Ahillones y el Arroyo San Blas dejaron al descubierto un grueso muro que solo pudo pertenecer a algún tipo aún sin determinar de edificio público de buen tamaño. Las dimensiones del muro, 1,20 metros de ancho, permiten conjeturar que el edificio al que pertenece pudo alcanzar en su día unas medidas de 40x25 metros y su uso aún constituye una incógnita. ¿Pudo albergar unas termas de acuerdo a los depósitos de ceniza que le acompañan o tuvo uso como templo?, se pregunta el alcalde Agustín Castelló. La respuesta está ahora sobre la mesa de trabajo de los arqueólogos que confían en entregar antes de fin de año unas conclusiones elementales que contribuyan a la creación de un Plan Director del yacimiento.
«No podemos determinar por el momento el uso que tuvo este edificio porque hay que establecer su planta y excavar más en el futuro», dice José Manuel Iglesias, que destaca la importante aportación de este hallazgo a la hora de establecer cual fue el espacio urbano de Regina.
Por su parte, José María Álvarez Martínez afirma que la principal dificultad que existe para la investigación es el arrasamiento del yacimiento, que no tiene demasiada tierra bajo la superficie. El reaprovechamiento de materiales del yacimiento ha supuesto durante siglos la desaparición de sillares y muros importantes. Las prospecciones geofísicas en las que participan las universidades alemanas contribuirán mucho al avance de los estudios.
Las universidades de Frankfurt y Mainz realizaron la pasada Semana Santa prospecciones magnéticas y eléctricas cuyos datos han sido cruzados y han permitido precisar nuevos puntos interesantes para la investigación. Un sistema de 16 sondas magnéticas arrastradas por un vehículo land-rover ha sido empleado en esta campaña.
En el curso de la misma, los arqueólogos han actuado con permiso de los propietarios sobre terrenos privados del entorno de la Regina hoy conocida, lo que pone al descubierto el espíritu de colaboración de los vecinos del lugar en la investigación del yacimiento. En esta zona se comparte ampliamente la pasión del alcalde Agustín Castelló por el estudio de la historia de estas tierras. «Es que se trata de nuestro pasado», argumenta con convicción el alcalde.
Castelló podría ser considerado el símbolo del entusiasmo y la expectación con que los vecinos de la comarca ven emerger su propia historia entre las piedras de Regina. «Aquello es muy agradecido porque, cavemos donde cavemos, siempre aparece algo» dice el alcalde, que en la pasada campaña de Pascua en Regina ha visto salir de la tierra alguna moneda y cerámica sigilata, el edificio descrito por el profesor iglesias Gil y lo que podría ser una empalizada que rodeaba la ciudad. También habrían aparecido huesos trabajados y un trozo de madera de la época.
http://www.hoy.es/v/20120513/sociedad/generoso-suelo-regina-20120513.html
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