Las primeras lluvias devuelven las aguas al Gorg Blau mientras Almallutx despide su primera campaña arqueológica hasta la próxima temporada. Unas prospecciones que, como asegura uno de sus directores, Jaume Deyà, han arrojado "resultados espectaculares" y un gran número de estructuras descubiertas en este asentamiento de 60.000 metros de cuadrados. Sin duda uno de los hallazgos más importantes es el de un segundo cementerio islámico que lo convierte en un caso excepcional en España.
Apenas el 50% de yacimiento sumergido estudiado demuestra que Almallutx es mucho más de lo que los expertos esperaban. "El nivel del agua en el embalse ha bajado menos este año, y esa diferencia de tres menos ha impedido que pudiéramos ampliar la zona de trabajo", señalaba ayer el arqueólogo Jaume Deyà, codirector de los trabajos junto a Pablo Galera. El pasado mes de septiembre iniciaron esta primera campaña en la que se priorizaron las tareas en la zona sumergida, que alcanza un 80% del asentamiento.
La primera sorpresa fue el nivel de estructuras, que afecta no sólo al asentamiento musulmán del siglo XIII sino también al descubrimiento de un gran poblado talayótico con murallas, así como a una cueva de enterramiento prehistórica, que podría situarse entre la época talayótica y la naviforme.
Sin embargo Deyà asegura que el gran hallazgo de estas labores ha sido el de un segundo cementerio islámico, situado a unos 300 metros del que ya se conocía. "Es muy extraño que existan dos lugares de enterramiento en un espacio tan reducido", asegura. Algo que convierte a Almallutx no sólo en un caso "muy peculiar" sino que podría ser uno de los pocos ejemplos existentes en España.
Para el arqueólogo esta particularidad podría tener dos explicaciones: "Que cada cementerio perteneciera a un clan distinto o que se tratara de zonas de dos momentos históricos", resume. Uno del periodo anterior a la Conquista de Jaume I, y el segundo tras su llegada y la conversión de Almallutx en un lugar de resistencia musulmana en el que vivieron cerca de 2.000 personas.
Otra de las sorpresas es la cercanía de una de estas necrópolis a las casas, ya que la primera vivienda se sitúa a apenas un metro de un enterramiento. Por otro lado, Deyà subraya que los cuerpos se han encontrado enterrados según la tradición musulmana: "La cabeza orientada hacia el sur, los pies al norte y la cara mirando a La Meca".
Can Xoroi, en Fornalutx, será a partir de ahora el laboratorio para el estudio de la documentación y los mapas elaborados. "Nuestra intención es determinar el tipo de población y su distribución en el terreno", explica el arqueólogo. Una estructura que apuntan ya pistas como la disposición de algunas paredes en relación con el torrente o las zonas de cultivo. También comenzará la clasificación de los materiales y piezas recolectados como cerámicas y objetos de bronce como herraduras, llaves y muñequeras de arquero.
Otro de los datos por confirmar es el uso de uno de los edificios descubiertos y que los expertos señalan como la posible mezquita del conjunto. A la recuperación de fragmentos de un bacín almohade –una especie de pila de agua bendita– se suma ahora la determinación de que una de sus paredes y sus accesos están orientados a La Meca.
Apenas el 50% de yacimiento sumergido estudiado demuestra que Almallutx es mucho más de lo que los expertos esperaban. "El nivel del agua en el embalse ha bajado menos este año, y esa diferencia de tres menos ha impedido que pudiéramos ampliar la zona de trabajo", señalaba ayer el arqueólogo Jaume Deyà, codirector de los trabajos junto a Pablo Galera. El pasado mes de septiembre iniciaron esta primera campaña en la que se priorizaron las tareas en la zona sumergida, que alcanza un 80% del asentamiento.
La primera sorpresa fue el nivel de estructuras, que afecta no sólo al asentamiento musulmán del siglo XIII sino también al descubrimiento de un gran poblado talayótico con murallas, así como a una cueva de enterramiento prehistórica, que podría situarse entre la época talayótica y la naviforme.
Sin embargo Deyà asegura que el gran hallazgo de estas labores ha sido el de un segundo cementerio islámico, situado a unos 300 metros del que ya se conocía. "Es muy extraño que existan dos lugares de enterramiento en un espacio tan reducido", asegura. Algo que convierte a Almallutx no sólo en un caso "muy peculiar" sino que podría ser uno de los pocos ejemplos existentes en España.
Para el arqueólogo esta particularidad podría tener dos explicaciones: "Que cada cementerio perteneciera a un clan distinto o que se tratara de zonas de dos momentos históricos", resume. Uno del periodo anterior a la Conquista de Jaume I, y el segundo tras su llegada y la conversión de Almallutx en un lugar de resistencia musulmana en el que vivieron cerca de 2.000 personas.
Otra de las sorpresas es la cercanía de una de estas necrópolis a las casas, ya que la primera vivienda se sitúa a apenas un metro de un enterramiento. Por otro lado, Deyà subraya que los cuerpos se han encontrado enterrados según la tradición musulmana: "La cabeza orientada hacia el sur, los pies al norte y la cara mirando a La Meca".
Can Xoroi, en Fornalutx, será a partir de ahora el laboratorio para el estudio de la documentación y los mapas elaborados. "Nuestra intención es determinar el tipo de población y su distribución en el terreno", explica el arqueólogo. Una estructura que apuntan ya pistas como la disposición de algunas paredes en relación con el torrente o las zonas de cultivo. También comenzará la clasificación de los materiales y piezas recolectados como cerámicas y objetos de bronce como herraduras, llaves y muñequeras de arquero.
Otro de los datos por confirmar es el uso de uno de los edificios descubiertos y que los expertos señalan como la posible mezquita del conjunto. A la recuperación de fragmentos de un bacín almohade –una especie de pila de agua bendita– se suma ahora la determinación de que una de sus paredes y sus accesos están orientados a La Meca.
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