La arqueología “pondrá voz” a los que habitaron la zona entre la época tardorromana y la Alta Edad Media
La Cabaña y las Eras de San Pedro son los sectores prospectados. C. D.
Cómo y dónde vivían los habitantes del valle, qué prácticas agrícolas desarrollaban, cómo era su entorno paisajístico, qué alimentos comían y cómo los procesaban, qué objetos utilizaban en su vida diaria y de dónde procedían... Estas son sólo alguna de las cuestiones que pretenden esclarecer un grupo de investigadores que, desde hace un par de semanas, trabaja sondeando el entorno de la localidad de Cea con el fin de “dar voz” y rescatar el legado de los que poblaron el valle durante los “oscuros siglos” que comprenden la época tardorromana y la Alta Edad Media, escasamente documentada en esta zona leonesa y uno de los periodos que ha pasado más desapercibido en la arqueología española.
Es, en este entorno, el valle del río Cea, donde se viene desarrollando desde 2008 un proyecto de investigación arqueológica que acomete un equipo integrado por expertos de las universidades de León (ULE), País Vasco, Salamanca y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) dirigidos todos ellos por la profesora de Historia Medieval en la ULE, Margarita Fernández Mier. Esta intervención responde a dos proyectos financiados por el Gobierno central (Formación de los paisajes del noroeste peninsular durante la Edad Media) y por la Junta de Castilla y León (León en la Alta Edad Media: el territorio de Cea) y están permitiendo “investigar el territorio de Cea a lo largo de la historia. El objetivo de nuestras investigaciones es comprender la evolución del poblamiento y del paisaje de esta comarca leonesa en esa época de transición”.
A raíz de las prospecciones arqueológicas realizadas en 2008 de todo el término municipal, el grupo de expertos ha podido identificar numerosos espacios en los que se concentran materiales arqueológicos en superficie como fragmentos cerámicos y constructivos. Estos restos, modestos pero muy informativos, apuntan hacia la localización de espacios de hábitat campesino de todas las épocas, aunque especialmente medievales y tardorromanos. “Todas estas antiguas aldeas o caseríos se encuentran hoy bajo campos de cultivo, por lo que la acción del arado ha permitido que algunos de esos materiales afloren, pudiendo así documentarlos”. No obstante, este extremo también ha incidido negativamente en los propios yacimientos, de los que apenas quedan restos a consecuencia de la aludida acción del arado.
Entre la amplia lista de sectores prospectados hasta la fecha destacan dos por su singularidad y donde se centran hoy por hoy las labores arqueológicas: La Cabaña y Eras de San Pedro. “En ambos casos, además de los materiales en superficie, se advierten en algunos taludes de los caminos aledaños la existencia de pequeños silos subterráneos de almacenamiento, presumiblemente medievales. Por ello, nuestras primeras excavaciones exploratorias se han desarrollado en estos dos espacios, con el objetivo de clarificar la cronología de ocupación de estas áreas de hábitat. Muy probablemente, estos enclaves estarían ocupados por campesinos que, en torno al año mil, vivirían aquí sujetos a la autoridad señorial que residía en el castillo de Cea”.
Estudio y puesta en valorUna vez finalice la actual campaña arqueológica, el grupo de investigadores dedicará los próximos meses a analizar la información recabada y preparar la próxima campaña que, presumiblemente, “se iniciará en septiembre del año próximo y será más intensa”, adelanta la investigadora Margarita Fernández Mier.
Así todo, el proyecto investigativo no sólo pasa, como ya se ha dicho, en “poner voz” a los que habitaron el valle hace un milenio: “La idea es poder acometer pequeñas intervenciones de conservación poco agresivas que permitan la puesta en valor del patrimonio de Cea”. Fernández Mier explica también que la villa cuenta de mano con un importante potencial artístico y medioambiental y que, además, actúa a su favor la proximidad con Sahagún, –el foco cultural y socioeconómico más destacado de toda la comarca– e incluso el Camino de Santiago, que discurre a pocos kilómetros de la población.
“La localidad cuenta ya con ciertas infraestructuras como la sala de exposiciones El Silo que podría reconvertiste en una aula de interpretación. La edición de unas guías e incluso la incorporación de aplicaciones tecnológicas (realidad aumentada en lo teléfonos móviles), sumada a la creación de rutas completarían el programa que, a priori, no requerirá de grandes inversiones”, sostiene Fernández Mier.
http://www.lacronicadeleon.es/2012/10/07/leon/un-poco-de-luz-para-los-siglos-oscuros-del-valle-162686.htm
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